miércoles, 2 de mayo de 2012

Beatriz Sahaefer

Todos quienes, por uno u otro motivo, estamos en la busqueda, rondamos el acertijo. En este caso el acertijo es la palabra en si: esa fuente reveladora a la que todo poeta aspira y persigue, muchas veces inutilmente y otras dejando tras de si un largo proceso de vivencias, casi siempre dolorosas' porque "ella" es esquiva pero tambien da vida limitada: necesita de quien se sirva de su servicio para lograr la permanencia. Alguna vez me pregunte desde el poema: como llamar a la sangre y no mancharse con el crimen?  y si decimos paz, se acaban laas guerras? seguramente que no, pero hay que levantar desde la poesia esa esperanzada    certidumbre de que la palabra prevalecera cautiva en la memoria que, ya se sabe es la guardadora inconsciente de argumentos ajenos a nuestro acto creasor o conocimiento pero, no obstante nos acuden en el momento cuando la revelacion  sucede.      

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